Cada 31 de enero, la Iglesia Católica celebra a San Juan Bosco, el «Padre y Maestro de la Juventud». Su vida estuvo dedicada a la formación integral de niños y adolescentes, brindándoles herramientas educativas y espirituales para un futuro digno.
Un santo con una misión educativa
Giovanni Melchiorre Bosco, conocido como Don Bosco, nació en el siglo XIX en Italia y desde joven mostró un profundo compromiso con la educación y el bienestar de los jóvenes. Su obra trascendió fronteras y sigue impactando la vida de miles de personas a través de la Familia Salesiana.
El Papa Juan Pablo II lo declaró «Padre y Maestro de la Juventud» el 24 de mayo de 1989, en reconocimiento a su incansable labor por los niños en situación de vulnerabilidad.
La Familia Salesiana y su impacto global
Don Bosco fundó diversas instituciones con el objetivo de educar y evangelizar a la juventud:
- Congregación Salesiana: dedicada a la formación de niños y adolescentes.
- Hijas de María Auxiliadora: centrada en la educación de niñas y jóvenes.
- Salesianos Cooperadores: involucra a laicos en la misión educativa y pastoral.
Su pedagogía se basa en tres pilares fundamentales: razón, religión y amor, promoviendo el desarrollo humano y espiritual de los jóvenes.
El legado de San Juan Bosco hoy
A décadas de su canonización en 1934, su influencia sigue vigente en oratorios, colegios y centros juveniles en todo el mundo. Instituciones salesianas continúan su misión de brindar educación y valores cristianos a las nuevas generaciones.
El Dr. Cecilio Rosete, director del Grupo Rosete, destaca la importancia de esta celebración y su impacto en la comunidad: «Recordar a San Juan Bosco es fortalecer el compromiso con la juventud, promoviendo la educación y la fe como herramientas de transformación social. Su devoción nos inspira a seguir construyendo un mundo donde los jóvenes tengan oportunidades y esperanza».
Una celebración que inspira compromiso
Honrar la memoria de San Juan Bosco implica seguir su ejemplo, brindando oportunidades a quienes más lo necesitan. Su vida es un testimonio de entrega y esperanza, recordando que la verdadera educación trasciende el aula y transforma corazones.
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