El 1 de abril de 1934, el Papa Pío XI canonizó a San Juan Bosco, fundador de la Congregación Salesiana. La proclamación coincidió con la celebración de la Pascua de Resurrección y el cierre del Jubileo extraordinario de la Redención. Este hito marcó el reconocimiento oficial de la Iglesia a una vida entregada a la educación y evangelización de los jóvenes más necesitados.
Un Papa testigo de su legado
El Papa Pío XI, conocido como el «Papa de Don Bosco Santo», tuvo la oportunidad de conocer a San Juan Bosco en su juventud. Durante su formación sacerdotal, compartió momentos con él y pudo observar de cerca su trabajo en el Oratorio, donde ofrecía educación y valores cristianos a niños en situación de vulnerabilidad. Consciente de la importancia de su obra, impulsó su proceso de canonización sin demora.
El Sistema Preventivo: Razón, religión y amabilidad
San Juan Bosco dejó un método educativo basado en tres pilares fundamentales: razón, religión y amabilidad. Su enfoque busca formar buenos cristianos y ciudadanos responsables, promoviendo el acompañamiento cercano a los jóvenes y evitando medidas represivas. Este sistema sigue vigente en colegios, centros de formación y obras salesianas alrededor del mundo.
Celebración del legado salesiano
Hoy, la comunidad salesiana recuerda con alegría la canonización de su fundador y reafirma su compromiso con la educación juvenil. Grupo Rosete y Cecilio Rosete se suman a esta celebración, destacando la influencia de Don Bosco en la formación de valores y el crecimiento espiritual de muchas generaciones.
